¿Directividad o libertad total?
Es interesante ver cómo cada uno de los profesores da sentido y aborda el uso de las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Cada uno le imprime un sello propio de acuerdo a sus concepciones, a sus estilos de enseñanza, a sus formas de encarar el desarrollo de la asignatura, a la comprensión que tiene del uso de las tecnologías en la educación y a su grado de apropiación de o compromiso con el proceso de inovación.
Al observar el desarrollo de nuestra experiencia de innovación he visto cómo distintos estilos de enseñanza se van concretando en múltiples y variopintas formas de encarar el uso y papel de las TIC. Creo que cada uno de estos estilos tiene su valor y su riqueza, sus potencialidades y limitaciones...
En un lado del extremo están los profesores que adoptan una postura más directiva con relación al papel y uso de las TIC en su asignatura. Esta directividad puede traducirse en el establecimiento de plazos o fechas límite para la construcción de los diarios reflexivos y la participación en los foros, la importancia asignada a las actividades mediadas por la tecnología en los criterios de evaluación, la organización de muchas de las actividades de clase alerdedor del ordenador....
Este tipo de postura puede ser una forma de asegurarse que todos los alumnos participen de la experiencia y hagan uso de las herrameintas (WebCT y bitácoras), pero se apoya en una motivación de carácter más bien extrínsico en la que subyace la idea de que los alumnos participarán en los foros y construirán sus diarios reflexivos en la medida en que éstas actividades se vean claramente reflejadas en su evaluación final. Las TIC adoptan así un papel de "herramientas de evaluación" y no tanto así de herramientas para el aprendizaje, la reflexión, la construcción.
¿Hasta qué punto es bueno ser tan directivo en las actividades de los alumnos?, ¿Cómo evitar el riesgo de que esta directividad desvie la atención a las herramientas tecnológicas y a los "resultados" en lugar de centrarla en la metodología y en los procesos de aprendizaje?...
Al otro lado del extremo están los profesores que adoptan una postura más libre y abierta con relación al papel y uso de las TIC en su asignatura dejándolas como algo optativo, como un recurso que está allí para los que deseen utilizarlo....
Este tipo de propuesta se apoya en el reconocimiento de la autonomía y capacidad del alumno para responsabilizarse de sus procesos de aprendizaje y en una motivación de carácter más bien intrínseco para participar o no activamente de la propuesta de innovación, pero hay el riesgo de que tanta libertad de lugar a confusiones o falta de claridad con relación al papel y sentido de las TIC al interior del proceso de enseñanza y aprendizaje, a que se conviertan en algo desconexo o alejado de las demás actividades de clase...
Creo que si no especificamos claramente el papel de las TIC al interior del proceso de enseñanza y aprendizaje, el por qué y para qué de su utilización, la forma en que estas herrameintas contribuyen y dan continuidad a las actividades de clase, las relaciones entre lo presencial y las actividades mediadas por la tecnología, existe el riesgo de que estas herrameintas pierdan el sentido educativo que deseamos darles...
Frente a estos dos extremos existe la posibilidad de una postura intermedia en la que, sin caer en una excesiva directividad o en una libertad muy amplia (que derive en confusiones o ambiguedades), se aborda el uso de las TIC de forma articulada con los demás componentes del proceso educativo, clarificando el papel y sentido de estas herramientas en la construcción de los aprendizajes, estableciendo relaciones claras entre aquello que se hace mediatizado por las TIC y el trabajo en clases.... El énfasis no está así en la tecnología, sino en al forma en que éstas herrameintas aportan o contribuyen a la consecusión de unos fines educativos...No se trata de imponer el uso de las herramientas, sino de ivnitar, sugerir, proponer, clarificar su sentido e importancia en el proceso de aprendizaje.
El propósito es que los alumnos se apropien de estas herrameintas como espacios para ampliar y profundizar sus aprendizajes, para embarcarse en procesos de reflexión, para compartir, para intercambiar, para construir e indagar....Para ello es importante que tanto el profesor como los alumnos tengan claridad acerca del sentido y papel de las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje de manera que éstas no se conviertan en una "tarea más", en un "requisito a cumplir" o en algo que parece alejado o desconexo de las demás actividades, sino como algo que forma parte de y complementa las experiencias de aprendizaje.
Creo que detrás de estas maneras de abordar la integarción de las TIC subyace un determinado estilo de enseñanza y una determinada manera de concebir el proceso de evaluación de los aprendizajes...¿Cómo evaluar?, ¿Para qué evaluar?, ¿Cuál es el sentido y propósito de la evaluación?, ¿Son coherentes nuestros criterios de evaluación con nuestra propuesta de innovación?
Todo esto me invita a ver una vez más la complejidad de los procesos de cambio educativo. Un verdadero cambio educativo no consiste únicamente en poner "parches", cambiar algunos elementos de la práctica (ya sea incorporar un nuevo recurso didáctico, utilizar distintas estrategias de enseñanza, proponer nuevas y variadas actividades), sino que supone una reconstrucción de toda nuestra propuesta que va desde nuestras formas de concebir la enseñanza y el aprendizaje, nuestros propósitos o principios de procedimiento, la forma de encarar y abordar los contenidos, el tipo de actividades y recursos en los que nos apoyamos y nuestros criterios de evaluación.
Al observar el desarrollo de nuestra experiencia de innovación he visto cómo distintos estilos de enseñanza se van concretando en múltiples y variopintas formas de encarar el uso y papel de las TIC. Creo que cada uno de estos estilos tiene su valor y su riqueza, sus potencialidades y limitaciones...
En un lado del extremo están los profesores que adoptan una postura más directiva con relación al papel y uso de las TIC en su asignatura. Esta directividad puede traducirse en el establecimiento de plazos o fechas límite para la construcción de los diarios reflexivos y la participación en los foros, la importancia asignada a las actividades mediadas por la tecnología en los criterios de evaluación, la organización de muchas de las actividades de clase alerdedor del ordenador....
Este tipo de postura puede ser una forma de asegurarse que todos los alumnos participen de la experiencia y hagan uso de las herrameintas (WebCT y bitácoras), pero se apoya en una motivación de carácter más bien extrínsico en la que subyace la idea de que los alumnos participarán en los foros y construirán sus diarios reflexivos en la medida en que éstas actividades se vean claramente reflejadas en su evaluación final. Las TIC adoptan así un papel de "herramientas de evaluación" y no tanto así de herramientas para el aprendizaje, la reflexión, la construcción.
¿Hasta qué punto es bueno ser tan directivo en las actividades de los alumnos?, ¿Cómo evitar el riesgo de que esta directividad desvie la atención a las herramientas tecnológicas y a los "resultados" en lugar de centrarla en la metodología y en los procesos de aprendizaje?...
Al otro lado del extremo están los profesores que adoptan una postura más libre y abierta con relación al papel y uso de las TIC en su asignatura dejándolas como algo optativo, como un recurso que está allí para los que deseen utilizarlo....
Este tipo de propuesta se apoya en el reconocimiento de la autonomía y capacidad del alumno para responsabilizarse de sus procesos de aprendizaje y en una motivación de carácter más bien intrínseco para participar o no activamente de la propuesta de innovación, pero hay el riesgo de que tanta libertad de lugar a confusiones o falta de claridad con relación al papel y sentido de las TIC al interior del proceso de enseñanza y aprendizaje, a que se conviertan en algo desconexo o alejado de las demás actividades de clase...
Creo que si no especificamos claramente el papel de las TIC al interior del proceso de enseñanza y aprendizaje, el por qué y para qué de su utilización, la forma en que estas herrameintas contribuyen y dan continuidad a las actividades de clase, las relaciones entre lo presencial y las actividades mediadas por la tecnología, existe el riesgo de que estas herrameintas pierdan el sentido educativo que deseamos darles...
Frente a estos dos extremos existe la posibilidad de una postura intermedia en la que, sin caer en una excesiva directividad o en una libertad muy amplia (que derive en confusiones o ambiguedades), se aborda el uso de las TIC de forma articulada con los demás componentes del proceso educativo, clarificando el papel y sentido de estas herramientas en la construcción de los aprendizajes, estableciendo relaciones claras entre aquello que se hace mediatizado por las TIC y el trabajo en clases.... El énfasis no está así en la tecnología, sino en al forma en que éstas herrameintas aportan o contribuyen a la consecusión de unos fines educativos...No se trata de imponer el uso de las herramientas, sino de ivnitar, sugerir, proponer, clarificar su sentido e importancia en el proceso de aprendizaje.
El propósito es que los alumnos se apropien de estas herrameintas como espacios para ampliar y profundizar sus aprendizajes, para embarcarse en procesos de reflexión, para compartir, para intercambiar, para construir e indagar....Para ello es importante que tanto el profesor como los alumnos tengan claridad acerca del sentido y papel de las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje de manera que éstas no se conviertan en una "tarea más", en un "requisito a cumplir" o en algo que parece alejado o desconexo de las demás actividades, sino como algo que forma parte de y complementa las experiencias de aprendizaje.
Creo que detrás de estas maneras de abordar la integarción de las TIC subyace un determinado estilo de enseñanza y una determinada manera de concebir el proceso de evaluación de los aprendizajes...¿Cómo evaluar?, ¿Para qué evaluar?, ¿Cuál es el sentido y propósito de la evaluación?, ¿Son coherentes nuestros criterios de evaluación con nuestra propuesta de innovación?
Todo esto me invita a ver una vez más la complejidad de los procesos de cambio educativo. Un verdadero cambio educativo no consiste únicamente en poner "parches", cambiar algunos elementos de la práctica (ya sea incorporar un nuevo recurso didáctico, utilizar distintas estrategias de enseñanza, proponer nuevas y variadas actividades), sino que supone una reconstrucción de toda nuestra propuesta que va desde nuestras formas de concebir la enseñanza y el aprendizaje, nuestros propósitos o principios de procedimiento, la forma de encarar y abordar los contenidos, el tipo de actividades y recursos en los que nos apoyamos y nuestros criterios de evaluación.
posted by Natalie at
9:39 AM
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